Todos sabemos que Callejeros se trata de un programa donde se exhiben situaciones extremas de una realidad. Una realidad generalmente desapercibida por la vecindad, por personas que continuamente transmiten vitalidad porque no están en paro ni tienen que acudir asiduamente a una cocina económica o comedor social, y, especialmente, por los políticos incapaces de rebajar sus sueldos millonarios. Y a pesar de que Gloria Cabrera salga de inmediato a la palestra para culpar a CuatroTV por haber mostrado las miserias existentes en el Valle, el espectador percibe la incompetencia gubernamental para ofrecer un plan de acción capaz de lograr desarrollar la competencia y autonomía para hacer frente a sus problemas, a los problemas de los jinameros en exclusión. Por tanto, ¿está claramente justificada la inversión de 800.000 euros encaminados a resolver los problemas sociales en el Valle de Jinámar? Rotundamente, no. La emisión del pasado fin de semana de Callejeros nos ayuda a percibir claramente un barrio marginado por los políticos debido a la ausencia de planificación y a la incapacidad para saber qué hacer con un presupuesto. Lamentablemente, los únicos criterios relevantes han sido, primeramente, la publicidad oportunista de Gloria Cabrera intentando justificar una política que claramente determina el fracaso de unos objetivos programados, incluso a pesar de los grandes esfuerzos bienintencionados de los trabajadores sociales. Y en segundo lugar, el fracaso de unos políticos incompetentes para hacer frente a los problemas sociales más acuciantes.
En lugar de centrarse en las condiciones que propician los problemas, lamentablemente, la intervención social desarrollada por Gloria Cabrera únicamente se centra en las víctimas.
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